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martes, septiembre 13, 2011

Mosaico cultural "Culturas de Mesoamerica"

Áreas culturales
COMPETENCIAS
GENÉRICAS
-Se expresa y se Comunica-
> Escucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos mediante la utilización de medios, códigos y herramientas apropiadas.
DISCIPLINARES BÁSICAS
- Valora las diferencias sociales, políticas, económicas, étnicas, culturales, de género y las desigualdades que inducen.
DISCIPLINARES EXTENDIDAS
- Valora y promueve el patrimonio histórico-cultural de su comunidad a partir del conocimiento d su contribución para fundamentar la identidad del México de hoy.


Mapa de las áreas culturales de Mesoamérica.

Centro de México


Panorámica del valle de Teotihuacan, en el Centro de México.
Conocido como "altiplano central". Recibió influencia olmeca durante el primer milenio AC, y poco tiempo después florecieron culturas endógenas. La ciudad de Teotihuacan, llamada por los mexicas "ciudad de los dioses", fue quizás la cultura más importante de las que radicaron en Mesoamérica, pues su influencia incluso llegó a Aridoamérica y Oasisamérica. Tras la caída teotihuacana se asentaron en sus proximidades las culturas de Xochicalco, cercana al actual estado de Morelos, Cacaxtla y Cholula, en Tlaxcala. En el segundo milenio comenzaron las invasiones toltecas y en 1325 se fundó Tenochtitlan.
Una de las áreas más importantes durante la historia prehispánica de México fue la que se conoce como Centro de México. Está conformada por los valles de tierra templada a fría situados en la parte meridional de la Altiplanicie Mexicana y en el norte de la cuenca del río Balsas. Es un nicho ecológico caracterizado por su clima templado y la ausencia de corrientes importantes de agua. Las lluvias, por otro lado, se presentan entre los meses de abril a septiembre, y no son demasiado abundantes. Este hecho fue el que motivó el desarrollo temprano de obras hidráulicas, entre las que se cuentan la canalización de los ríos y los sistemas de acequias en las laderas de los cerros para almacenar el agua.
El valle de Tehuacán, localizado al sureste de esta región es importante porque de él proceden los restos al parecer más antiguos de cultivo del maíz y algunas de las muestras de la cerámica más antigua de Mesoamérica. El Centro de México incluye además, la cuenca lacustre del valle de México, compuesta por varios lagos y lagunas. En torno al lago de Texcoco crecieron poblaciones tan importantes como Cuicuilco, en el período Preclásico; Teotihuacan en el Clásico y Tula y Tenochtitlan en el período Posclásico.
Las últimas culturas del altiplano fueron las de la Triple Alianza: Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlan. Con un inicio difícil, los mexicas se asentaron en el valle de México en 1325 y un siglo después comenzó su hegemonía al liberar Izcóatl a su pueblo de manos de los señores de Azcapotzalco. En 1430 la Triple Alianza quedó formalmente constituida. Izcoátl, por consejo de Tlacalael, mandó quemar los códices de la historia azteca y reescribió totalmente la historia de su pueblo.
En menos de cien años la Triple Alianza conquistó gran parte de Mesoamérica, con la característica de que permitían a los pueblos sometidos conservar su cultura y religión.

Área Maya


Río Usumacinta.
El área Maya es una de las más amplias de Mesoamérica. Algunos autores la dividen en dos sectores: la península de Yucatán, en el norte, y las Tierras Altas, en el sur. La primera comprende, además de la Península de Yucatán, el Petén y Belice. Se trata de una zona de tierras bajas y clima caliente, azotada por los huracanes y las tormentas tropicales del mar Caribe. Es una plataforma calcárea, apenas elevada hacia el sur, en donde la denominada Sierrita rompe la llanura del paisaje. Carece de corrientes de agua superficiales, pues el suelo es demasiado permeable; en cambio, son abundantes las corrientes subterráneas y los cenotes. Por otra parte, las Tierras Altas comprenden los Altiplanos de Guatemala, Chiapas, el occidente de Honduras y el occidente y centro de El Salvador, (la zona central de El Salvador tuvo contacto comercial con Centroamérica, pero fue más grandemente influido por el área maya, muestra de eso son los sitios famosos de San Andrés, Joya de Cerén y Cihuatán). Es una región de clima templado-frío, y con lluvias abundantes. Las laderas de las montañas están cubiertas de una espesa vegetación que amenaza el desarrollo de la agricultura. Las Tierras Altas mayas no están menos expuestas a la influencia de los ciclones caribeños que con frecuencia ocasionan destrozos en la zona.
Los primeros desarrollos culturales importantes del área maya ocurrieron en la zona sur. La primera cerámica, producida en la localidad beliceña de Cuello parece indicar que el desarrollo de la alfarería en el Área Maya fue derivado de las tradiciones sudamericanas. La Primera Ciudad con arquitectura Monumental fue Nakbé (ca 1000 AC), seguida por El Mirador, (ca 600 AC) la ciudad más grande de todas y la mayor de la América Precolombina, localizadas en la Cuenca del Mirador, en Petén, Guatemala, en donde se inició la cultura del Preclásico con todos los atributos del Clásico, En las tierras bajas del Pacífico de Guatemala se desarrolla Takalik Abaj la única ciudad de Mesoamérica con ocupación Olmeca y luego Maya.
Siglos más tarde, se desarrollaron los primeros centros de población que habrían de convertirse en ciudades en el período Clásico. Entre ellos hay que contar a Kaminaljuyú en las tierras altas de Guatemala, Quiriguá, Uaxactún y Tikal, esta última habría de ser la más grande de las ciudades mayas entre los siglos III y VIII d. C. La caída y abandono de las grandes ciudades mayas se debió a una combinación de factores: guerras internas, desastre ecológico, cambio climático, migraciones provenientes del Norte de Mesoamérica. De esta manera, el corazón de la cultura maya se trasladó a las tierras de la actualmente denominada Península de Yucatán. En esta región habrían de florecer las ciudades de Chichén Itzá, Uxmal y Tulum, Mayapán, Cobá, Izamal entre muchas otras, a partir de la migración maya hacia la Península de Yucatán ocurrida desde las Tierras Altas de Guatemala a partir del siglo III DC y después, dentro de la propia Península, predominantemente de oriente a poniente, a partír del siglo V DC. En la actualidad perviven 27 grupos mayas, 21 de los cuales en Guatemala.

Oaxaca


La sierra Mixteca
Sin duda alguna se trata de una de las más importantes zonas mesoamericanas. En los valles centrales de Oaxaca se originó la civilización zapoteca, quienes establecieron el calendario de 260 días, usado posteriormente por la mayoría de los pueblos mesoamericanos, y un sistema de escritura propio y diferente al olmeca y al maya. Monte Albán se convirtió en el paradigma de esta civilización, y a su caída la región fue ocupada por los mixtecos.
La región oaxaqueña fue desde la época mesoamericana una de las más diversas. Se trata de un territorio sumamente montañoso, enmarcado por la Sierra Madre del Sur y el escudo o nudo. Incluye una porción de la cuenca del río Balsas, caracterizada por su sequedad y compleja topografía. Sus cauces de agua son cortos y de poca capacidad. En ese sentido, se parece bastante a la región del Centro de México.
Dos fueron los escenarios principales de la historia cultural de los pueblos oaxaqueños. Por un lado, los valles Centrales de Oaxaca vieron el desarrollo de la cultura zapoteca, una de las más antiguas y conocidas del ámbito mesoamericano. Esta cultura se desarrolló a partir de los cacicazgos regionales que controlaban la tierra de cultivo (muy fértil, aunque demasiado seca) de los pequeños valles de Etla, Tlacolula y Miahuatlán. Algunos de los primeros ejemplos de gran arquitectura en Mesoamérica pertenecen a esta región, como el centro ceremonial de San José Mogote. La hegemonía de este centro ceremonial en la región del Valle, pasó a manos de Monte Albán, la capital clásica de los zapotecos. La caída de Teotihuacan en el siglo VIII d. C. permitió el mayor apogeo de la cultura zapoteca. Sin embargo, la ciudad de Monte Albán fue abandonada en el siglo X d. C., y dio lugar a una serie de centros regionales que se disputaban la hegemonía política.
Al poniente de los valles Centrales, se localiza la región Mixteca. Se trata de un terreno sumamente montañoso de altitudes muy variables, que llegan a más de 3000 msnm. Los climas varían del templado de montaña al trópico seco, y en general la lluvia es escasa. Existen pocas corrientes superficiales de agua, y en la actualidad, buena parte de la zona presenta un grado de deforestación alarmante. La Mixteca es también una zona ocupada desde tiempos inmemoriales. Ya desde el período Preclásico se habían formado en la región algunos núcleos de población importantes, como Yucuita y Cerro de las Minas. Sin embargo, las capitales mixtecas no alcanzaron nunca la magnitud de sus vecinas zapotecas. El mayor apogeo de la cultura mixteca fue alcanzado en el período Posclásico, cuando el señor Ocho Venado de Tututepec y Tilantongo emprendió una campaña de unificación política de las ciudades-estado mixtecas y llegó a ocupar los Valles Centrales de Oaxaca

Guerrero

Tradicionalmente se considera a Guerrero como una región perteneciente al área Occidental. Sin embargo, los descubrimientos más recientes, han reorientado la división de las áreas culturales mesoamericanas, y en los trabajos de reciente autoría, Guerrero aparece como un área cultural independiente. El Guerrero mesoamericano ocupa aproximadamente la superficie del estado del mismo nombre, localizado en el sur de México.
Se puede dividir en tres regiones con características diferentes: al norte, la depresión del río Balsas, donde esta corriente de agua juega el papel más importante en la configuración de la geografía regional. La depresión del Balsas es una región baja, de clima cálido y escasas lluvias, cuya sequedad es aminorada por la presencia del cauce y sus numerosos afluentes. La parte central corresponde a la Sierra Madre del Sur, región rica en yacimientos minerales y con escasas cualidades agrícolas. La parte sur del área guerrerense es constituida por la costa del océano Pacífico, una llanura costera muy angosta, llena de manglares y palmeras, azotada por los huracanes provenientes del Pacífico.
Guerrero fue el escenario de las primeras tradiciones alfareras de Mesoamérica. Los restos más antiguos de ella han sido encontrados en Puerto Marqués, cerca de Acapulco, y tienen una edad aproximada de 3500 años, anteriores inclusive a los vestigios correspondientes a los Olmecas en la opuesta costa del Golfo de México. Durante el preclásico, la cuenca del Balsas se convirtió en una zona de vital importancia para el desarrollo de la cultura Olmeca, que dejó huellas de su presencia en sitios como Teopantecuanitlán y las grutas de Juxtlahuaca. Más tardío fue el desarrollo de una tradición escultórica conocida como Mezcala, caracterizada por su tendencia a la geometrización del cuerpo humano. Durante el período Posclásico, la mayor parte de Guerrero quedó bajo dominio de los mexicas, e independiente al señorío tlapaneco de Yopitzinco

Occidente


El Bajío
La zona de la que aquí se habla servía de "puente" entre Mesoamérica y Oasisamérica. Las culturas de esta zona, como los tarascos y caxcanes, desarrollaron formas de vida distintas a otros lugares de Mesoamérica. Un ejemplo de esto son las hermosas pirámides de Guachimontones, en Teuchitlán Jalisco.
El denominado Occidente es una de las zonas menos conocidas de Mesoamérica. Se trata, sin embargo, de una extensa región, que comprende las laderas de la Sierra Madre Occidental, una parte de la Sierra Madre del Sur y la cuenca media y baja del río Lerma. Las estribaciones de la montaña estaban cubiertas de bosques de pinos y encinos, pero la actividad silvícola ha reducido su tamaño. La tierra tiene vocación agrícola por su fertilidad y la disposición de recursos hidráulicos, especialmente en la llanura costera de Sinaloa, el Bajío y la Meseta Tarasca. Los climas varían del frío de montaña, en el oriente de Michoacán, hasta el clima tropical de las costas de Jalisco y Nayarit.
La región fue el hábitat de pueblos de habla uto-azteca, como los coras, huicholes y tepehuanos. La incorporación de estos pueblos a la esfera de la civilización mesoamericana fue muy gradual, y se presume que los primeros desarrollos cerámicos de la región estuvieron vinculados con las tradiciones de los pueblos andinos de Ecuador y Perú. Los cambios que afectaron al resto de las regiones de manera clara son menos observables en Occidente, por ello, las tradiciones culturales del preclásico, como la de Colima, Jalisco y Nayarit o la de Tumbas de Tiro sobrevivieron hasta bien entrado el período Clásico (150-750/900 d. C.). La más conocida de las sociedades de Occidente es la purépecha o tarasca, que rivalizó en el siglo XV d. C. con el poderío de los mexicas.

Norte



Turquesa, uno de los principales productos del Norte de Mesoamérica.
La zona Norte de Mesoamérica formó parte de esta gran área cultural sólo durante el período clásico (150-750 d. C.), en que el apogeo de Teotihuacan y el crecimiento de la población favorecieron las migraciones hacia el norte y el comercio con las lejanas tierras oasisamericanas. Se trata de un territorio llano, comprendido entre las sierras Madre Oriental y Occidental. El clima es seco, casi desértico, y la vegetación es escasa, por lo que la agricultura en el Norte sólo fue posible mediante la canalización de las corrientes de agua superficial (entre las que destacan el río Pánuco y los afluentes del Lerma) y el almacenamiento del agua de lluvia. La excesiva dependencia del buen clima llevó a los pueblos del Norte de Mesoamérica a abandonar la región a mediados del siglo VIII d. C., en que enfrentaron una prolongada sequía y las invasiones de pueblos aridoamericanos.
Los centros de población en el Norte eran dependientes de la red de comercio que se estableció entre Teotihuacan y las sociedades de Oasisamérica. Sitios como La Quemada en Zacatecas, o La Ferrería en Durango, sirvieron como fuertes para vigilar las rutas comerciales. Cuando la agricultura y el sistema social sufrieron un colapso en el Norte, los ocupantes de la región migraron hacia Occidente, el Golfo y el Centro de México.

Centroamérica


Lago Nicaragua
El área mesoamericana conocida como Centroamérica ocupa la zona occidental de Honduras y Nicaragua y las áreas circundantes del golfo de Nicoya en Costa Rica, donde existieron los reinos de Nicoya y Chorotega. Se trata de una región de clima tropical, con actividad telúrica importante, que incluye además los dos grandes lagos mediterráneos de América Central: el Nicaragua y el Managua.
Como en el caso de la región Norte, Centroamérica formó parte del mundo mesoamericano sólo temporalmente. Se suele considerar que los pueblos centroamericanos forman parte de la llamada zona de transición entre el Área Intermedia, el mundo andino y Mesoamérica.
Los primeros contactos entre el área nuclear mesoamericana ocurrieron en el preclásico, como indica la influencia olmeca en el área. Sin embargo, en el período Clásico las relaciones se interrumpieron y Centroamérica recibió un mayor influjo de las culturas del altiplano colombiano. Ejemplo de ello es el desarrollo temprano de la metalurgia en Centroamérica con respecto al resto de los pueblos mesoamericanos, sin embargo en el sitio famoso de Quelepa en la zona oriental de El Salvador se ve el comercio y gran influencia de Teotihuacan y Copán primeramente y luego con los sitios de Veracruz.
Para el período Posclásico, toda el área quedó incluida más el occidente en la esfera mesoamericana, esta vez ampliada hasta el departamento de Escuintla en Guatemala, y fue invadida por pueblos nahuas como los pipiles y nicaraos, hablantes de náhuat, un dialecto del idioma de los mexicas y se percibe en la cultura y arquitectura la influencia de los Toltecas y Aztecas. También pueblos otomangues como los mangues (circa s. VII d. C.) y los subtiaba (c. s. XIII d. C.) migraron desde Chiapas a Nicaragua y Honduras, respectivamente.

Los mesoamericanos

Los pueblos mesoamericanos constituyen un mosaico étnico y lingüístico que perdura hasta la actualidad. La lengua constituye uno de los criterios para definir a una nación o pueblo. Siguiendo este criterio, los pueblos de Mesoamérica pueden agruparse en grandes contingentes, que comparten más elementos entre sí que con el resto de los pueblos de la región. Cabe aclarar que el criterio lingüístico es útil para abordar la clasificación, pero no constituye el único elemento. Algunos de los pueblos que aquí se presentan como parte de una gran familia podrían no ser tan afines entre sí, a pesar de hablar lenguas emparentadas.

Pueblos de habla otomangueana

Los hablantes de proto-otomangueano debieron participaron en la domesticación del maíz y participar en la construcción y florecimiento de grandes ciudades como Cuicuilco, Teotihuacan y Cholula.[17] El análisis glotocronológico de las lenguas de la familia otomangueana sugiere una antigüedad que ronda los 8000 años aproximadamente.
Los pueblos de habla otomangueana se encuentran dispersos por buena parte de Mesoamérica, pero se concentran en lo que se llama México central. Están divididos en dos grandes ramas, una oriental y otra occidental. La mayor parte de la rama occidental vive en la Altiplanicie Mexicana. Los valles de México, Toluca y la cuenca del río Moctezuma constituyen el hogar histórico de los otomíes, mazahuas, matlatzincas, tlahuicas. Otros pueblos de habla otopamejonaces y pames— se establecieron más al norte, en el Tunal Grande y la sierra Gorda.
La presencia de los otomangueanos en sus territorios fue anterior a la llegada de los nahuas al centro de México, se remonta a varios milenios antes de la era cristiana. Por eso es probable que se encontraran entre los habitantes de sitios como Tlapacoya, Cuicuilco, Tlatilco, Teotihuacan, Cholula y otros cuya filiación étnica es motivo de debate. Alrededor del año 3500 a. C. se separaron las dos vertientes de la familia, pero el contacto entre los pueblos otomangueanos se mantuvo en la época prehispánica.[18]

Pueblos de habla mayense

El grupo de pueblos de habla mayance o mayense, se concentra básicamente en la península de Yucatán, las tierras altas de Guatemala y Chiapas. Sólo el pueblo huasteco se encuentra fuera de esta región. Los lingüistas señalan que la migración huasteca ocurrió alrededor del año 2200 a. C., cuando estos abandonaron el territorio étnico (situado aproximadamente en la zona donde actualmente se habla kanjobal). Los demás grupos mayenses se expandieron por la zona descrita y mantuvieron contacto con los pueblos lenca y xinca en el límite sur de Mesoamérica, así como con sus vecinos occidentales, los pueblos de habla mixe-zoqueana. La gran relación entre estas familias llevó a algunos especialistas a plantear que los olmecas eran antepasados étnicos y lingüísticos de los mayas, hipótesis que se ha descartado recientemente.

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